jueves, 20 de noviembre de 2014

La liberación

"…el drama surge de forma silenciosa, sin testigos. Todo se inicia con un mal gesto que va repitiéndose con mayor asiduidad. Después, se suceden los desplantes, la comunicación es unilateral y por último se instaura en el domicilio conyugal la presión psicológica. No sabe a qué atribuirlo, su ansiedad iba en aumento. Su matrimonio era normal hasta no hace mucho tiempo, y ahora se sentía como algo inútil e inservible, con una carga emocional negativa que incluía el miedo a realizar cualquier acto por más nimio que este fuera. No merece la pena vivir de esa manera –pensaba-, hasta que un día toma conciencia del problema y decide acabar con su sufrimiento: rompe el silencio y denuncia".   

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