jueves, 20 de noviembre de 2014

El príncipe azul

-El príncipe azul no existe –decía un psicólogo en la televisión.
Me quedé petrificada. Tantos años esperando y resultaba que no existía.
- Nos mienten -continuó-. A las niñas les dicen que un hombre las liberará de su cautividad y a los niños nos convencen de que, algún día, seremos ese príncipe azul perfecto y eterno que ellas esperan. Nos frustran a ambos.
Las palabras se quedaron atrapadas en mi cerebro como una triste revelación.
Pobre Julián, pensé. Así que eso es lo que le pasa. Así que esa es la razón por la que actúa así.
Acaricié mi pómulo –tumefacto, amoratado, dolorido- y, llena de tristeza por mi pobre Julián y por mí, lloré.

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