jueves, 20 de noviembre de 2014

Un peldaño más

Su infancia de pistolas, ajedrez y tebeos murió al menstruar. Hija de padres liberales, se convirtió en esposa de un hombre amante de sus curvas, no de sus neuronas. ¡Qué mal sobrellevó, pobrecillo, que la desfigurara un cáncer! No quedaba bien en las fotos, tan flaca y calva. Los niños, dos hijos varones, prefirieron cobijarse en el vigoroso espejo del padre alto, fuerte y sano. Ella, abandonada, con la única compañía de su fiel pequinesa, peleaba por vivir. Él cada día regresaba más tarde a casa, exhalando perfumes desconocidos; ella, desconcertada, escapaba al sofá. Los chicos, adultos ya, siguen sordos, escépticos ante "el abandono es un peldaño más en la violencia de género", que ella, por teléfono, les recalca inútilmente. 

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