miércoles, 5 de noviembre de 2014

Testigos Mudos, Testigos Verdugos

La presidenta de la comunidad sale en televisión preocupada, aunque yo sé que saborea cada segundo de popularidad: "¿quién iba a imaginar lo que ha pasado?", dice al reportero. Detrás, tapado por una manta, está el cadáver. Es la vecina del tercero. Aquélla que no dejaba dormir a los del segundo por los gritos que daba cuando le pegaba su marido; de la que chismorreaban en el bloque de en frente, donde presenciaban por la ventana las palizas cotidianas; y la misma que maquillaba sin éxito los moratones, hasta el punto de que su vecina de planta le había apodado "la dálmata". Qué gracia tiene la del tercero izquierda, no me extraña nada que la nombraran presidenta de la comunidad.

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