miércoles, 12 de noviembre de 2014

Partido de fútbol

Los niños pararon el juego cuando sus compañeras cruzaron el campo de fútbol. Uno de los chicos se dirigió hacia ellas para dejarles claro quiénes eran los dueños del patio del colegio. Al verlo llegar con cara de enfado, las niñas se alejaron asustadas hacia un rincón. El niño aprovechó el tiempo para comerse el bocadillo. Tenía una apariencia apetitosa. Fue entonces cuando se acordó de su madre. También ella estaba permanentemente atemorizada y siempre arrinconada en la cocina para no molestar, soportando gritos y desprecios continuos.
Pero él no era igual que su padre. Se acercó a sus compañeras y les propuso:
Si queréis, podéis jugar con nosotros.
Las chicas aceptaron alegremente y él se sintió feliz.


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