lunes, 10 de noviembre de 2014

Las gafas mágicas

Comenzó a maquillarse lentamente. Una leve lágrima brotó de uno de sus ojos y fue a fenecer a la comisura de sus labios. Se enfundó en su Armani con unos zapatos a juego y ya en la calle se subió en el Audi S3 dirigiéndose a su destino. Sentada frente a aquel hombre de mirada impenetrable relató lo sucedido sin omitir detalle. Éste se colocó las gafas y entonces la contempló consternado. Bajo el maquillaje se adivinaba el ojo hinchado, el corte de su labio, pero sobre todo,  el daño en su alma, el temor de su cuerpo y la tristeza que albergaba  su corazón. Levantó el auricular y ordenó con contundencia;
 ¡orden de búsqueda y captura de un miserable!

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