Se tapo bajo las sabanas, ahogando las lagrimas con la almohada.
No sabia si le dolía el cuerpo pintado de mil colores tras los golpes recibidos o le dolía el alma, lo único que Ana sabia es que esta no seria la ultima vez, a pesar de que tras pedirle perdón le juro que no lo haría más.
Cerro los ojos y lanzo un suspiro, sus recuerdos la hicieron volver al pasado, donde Luis le decía palabras bonitas, le traía regalos y la trataba como a una reina.
Todo había cambiado la misma noche de bodas, tal vez porque la creyó ya de su propiedad o porque pensó que Ana nunca tendría el valor de dejarlo.
Ana pidió un deseo..... ¡Ayúdame Dios, llévame contigo!....
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