Mira, Sancho: si somos iguales ante los ojos de Dios como predican, ocurre diferente ante los ojos humanos. Algún día el mundo reconocerá que hombres y mujeres somos iguales, ellas no son por naturaleza inferiores a nosotros, el varón no ha de someter a la mujer ni discriminarla en cultura alguna, no son principios nobles. Y no basta la acción de los gobiernos, sus leyes, la igualdad está en la casa, la calle, el trabajo, la escuela, tener las mismas oportunidades y libertades para ser felices en el mundo que compartimos con gozo y miedos, bien está que nos entendamos bien. Será una conquista de la historia futura.
-Así sea verdad- aclamó Sancho.
-Así será verdad- replicó don Quijote.
No hay comentarios:
Publicar un comentario