El padre la golpeaba constantemente obligándola a las tareas diarias, su madre falleció cuando ella nació y ahora desde siempre, se sentía obligada a esas labores.
Yo siempre la quise a escondidas, siempre le dejaba floreas en la portería del viejo edificio
Y cada vez que las cogía las olía sin más y al subirlas a casa se oía un golpe y las flores salían por la ventana.
Se casó con alguien más violento aun que aquel padre, atormentándola cada vez más, seguía dejando flores en el portal se oía un golpe y las flores arrugadas por la ventana.
Hoy he vuelto a llevar flores pero he vigilado que nadie las toque.
Las he colocado al borde de su lápida
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