Se oyen los tambores, el viento ha girado y el cielo es violeta
Ya no sentiré miedo de tu sombra, ni de la mía
Ya no más humillaciones que callen esa voz que te susurra que no eres suficiente
No más días en los que los arañazos me parezcan caricias y las caricias, arañazos
Se oye la fuerza de las calles, los gritos han cambiado y el cielo es violeta
Ya no sentiré miedo de tu presencia, de mi ausencia
Ya no más golpes que llenen ese vacío que te recuerda que estás solo
No más días en que las amenazas me cieguen y las miradas me enmudezcan
Se oyen canciones de victoria, las mujeres han despertado y el cielo es violeta
Ya no más muertes sin ruido
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