Imagina despertarte, mirar a tu lado, mirar sus ojos, tristes, desesperados, llorosos. Unos ojos testigos del dolor. Imagina que rompe a llorar, en tus brazos, en tu hombro, se desploma. Se hunde un barco a la deriva. Pero no parte solo, lleva consigo los pasajeros más valiosos, sus hijos, sus pequeños.
Imagina que la persona en la que más llegaste en confiar, te falla; la persona que más llegaste a amar, te golpea; la persona que más llegaste a defender, te humilla.
Imagina que no quieres creerlo, que no es verdad, no está pasando. Lo ves en las noticias, una muerte más… ¿serás la próxima?
NO.
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