lunes, 26 de noviembre de 2018

Pum-Pam

Apagó el despertador como pudo. La falta de puntería convirtió ese acto en una secuencia de percusión casi perfecta. Pum-pam. Cómo un destello en su memoria los recuerdos de la noche anterior inundaron su consciencia. 

Que haya sido un sueño. Sus manos recorrieron su cuerpo buscando evidencias del terror de su memoria. Comenzó por sus muslos, encontrando bajo sus yemas unos surcos secos, similares al rastro de la erosión de un río que una vez fue abundante. Cuando su mano se posó sobre su rostro, descubrió que sus pómulos estaban demasiado abultados.

Y fue cuando lo recordó. 

Sus dedos volvieron a la mesilla y posándose sobre su teléfono marcó : 016.

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