lunes, 26 de noviembre de 2018

El principio de todo

Esos segundos en los que aprietas un poco más, sabiendo que me haces daño, y luego la culpa es mía, esos pequeños lapsos, son el principio de todo. Así me voy creyendo culpable solo de lo que va mal, porque cada momento glorioso es un regalo que me haces sin haberlo merecido. Yo me convierto en ingrata. Mi cuerpo es tu recompensa por haber sido tan bueno. Como tú me lo das todo, también recibo dolor, y en mitad del sufrimiento, tengo que remontarme al principio de ese todo: fueron unos breves lapsos.

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