lunes, 26 de noviembre de 2018

Camino blando

Necesitaba senderos y contagiarme con el piar de los pájaros, las calles y la frescura de una nube malva. Enredarme entre las ramas delicadas de mis hijos y estrenar ternura con ellos, y conmigo risas. Sí, no estás en las páginas de mi vida desde que empezaste con los vasos de moscatel y las palizas. 

Vuelven los pasos breves pero seguros, metas sembradas de camino y esperanza. No me desbarato. Busco el encanto de las cosas. Acampo la mirada en una tarde clara o en un mediodía. No lo sabrás. Me contagia el limpio esmeralda de otros ojos somnolientos; la luna viene conmigo y con mis hijos, este trabajo, mis flores, un hombre bueno y un enjambre de cosas. Cuídate.

No hay comentarios:

Publicar un comentario