domingo, 4 de noviembre de 2018

(Des)Educación

Dime cuándo se te apagó la llama del respeto, muerto con cada golpe de dolor intenso. Dime en qué momento de mi existencia se instaló la posición de dominio en tu conciencia. Dime por qué mis ojos ven en tus manos una interior furia ciega y por qué aquél pintor, vestido al principio de incólume ternura, ahora se quita el disfraz, dispuesto a tirar una obra de arte a la basura. Dime por qué tengo que ganarme el respeto para que mi yo vuele alto, vuele libre. Dime por qué en tu cabeza no tiene espacio un amor tan finito. Dime, de una vez por todas, por qué en ese mundo tuyo tan pequeño, no cabe un beso sereno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario