Hoy Cristina se sintió liberada. Dos años son los que lleva trabajando en este lugar. Dos años donde cada día escucha los comentarios sexuales que hacen delante de ella. Piensa que es el precio a pagar por trabajar en un área donde las mujeres escasean tanto como la buena educación. Hoy ingresó Alberto y lo primero que hicieron sus compañeros fue una broma sobre Cristina. Alberto los miró enojado y les espetó: "no me hace gracia, lo que acaban de hacer es una falta de respeto". Cristina sonrió y agradeció el gesto. Alberto la miró sorprendido y dijo: "no tienes nada que agradecer. Esto no tendría que sufrirlo ninguna mujer".
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