Te quiero tanto que no puedo dejar de pensar en ti, en tu boca, en tus ojos, en tu sonrisa, en tus manos suaves cuando me acarician… Me gusta cuando me haces el amor, a mí, solo a mí… Sí, yo soy tu hombre, no hay otro, y no lo habrá. Ya sabes que no lo soportaría. Tú has nacido para ser mía, y yo soy el único que puede tenerte. Hoy por fin lo has entendido: sí, es para siempre. No llores amor mío, no conseguirás nada. Es por tu bien, nunca, nunca podrás salir de esa jaula. Te quiero tanto que no puedo dejarte libre. ¿Lo comprendes, verdad? Nuestro amor será eterno…
No hay comentarios:
Publicar un comentario