jueves, 12 de diciembre de 2019

Siempre


El tick azul dilucidó el contenido del mensaje. El fragor de las sombras vespertinas de ayer, los besos incandescentes, el apetito consumado; le di todo lo que fui. Encendí y apagué el móvil repetidamente, esperando una respuesta, tratando de ocultar los accesos de locura a los que me sometía. Entonces recordé a aquella chica con la que estuvo hablando a solas la noche anterior. «Eres lo que más quiero», solía decirme, pero con mi apariencia solo le bastaba. Saboreaba mi cuerpo, recorría mi espalda con sus dedos de porcelana, discurría por sendos promontorios. Yo le daba luz verde, creyendo que sería suya. Tras horas entrelazados por las sábanas, concluye siempre: «mañana a la misma hora te querré más.»

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