Al principio eran dulces y me embelesaron, así que me quedé con ellas, pues no existía algo mejor que su seguridad y amor en ese instante. Pero poco a poco esto fue cambiando, iban por libre, a veces hacían daño y dentro de la incertidumbre llegué a pensar el porqué de su existencia. Sin darme cuenta comenzaron a ahogarme y no quise tenerlas presentes ni un segundo más. Pero no era capaz de deshacerme de ellas. Me atrapaban, me absorbían e inmovilizaban. Hasta que un día fue demasiado tarde y terminaron matándome.
No hay comentarios:
Publicar un comentario