Estaba acostumbrada a ver en su cielo de ilusiones cometas de colores. Un día, entre los aviones que hay en San Javier, vio uno muy lindo. El piloto le invitó a subir diciendo que, en el aeroplano del amor solamente irían ellos. La muchacha accedió. Retirada la escalerilla . Ya en el aire comenzó la tormenta, aquel machista la quiso alejar de todo, aislarla y maltratarla.
Creía tener los mandos de la aeronave familiar. La mujer contactó con la torre de control policial. Se arrojó en paracaídas y salvó. Unos cazas interceptaron al bombardero. Obligado a aterrizar quitan la licencia de social vuelo a ese acosador. Ya no hay bombarderos que simulan ser avionetas de recreo.
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