lunes, 9 de diciembre de 2019

Lujuria fertilizante

Aún después de tanto tiempo, este pueblo sigue inventándose historias acerca de la desaparición del pobre de Bill tras su última borrachera, fue como si se lo hubiera tragado la tierra. Suele repetir rigurosa e impávida la abuela, cada otoño en el pórtico mirando al patio. Confieso que aunque el carácter de mi abuela forjó gran parte de la mujer que soy, se me ponen los pelos de punta cuando veo a los niños jugar felizmente en aquel hermoso recodo al fondo del jardín donde todo, principalmente el césped crece más hermoso y más verde, allí donde con una especie de belleza secreta, se desarrollan fuertes y majestuosas las magnolias y las gerberas.

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