Gritos. Más gritos.
Oír la llave en la cerradura y dejar de soñar…
Hoy mi ojo aparece hinchado por ser amable; mañana el brazo estará lleno de hematomas por haber sonreído a destiempo. Cada día tengo que inventar una historia para justificar mis heridas, las que se ven, no las que cicatrizan en el alma. El silencio se guarda por no dañar a quien te quiere, por vergüenza, por miedo a ser señalada y sentir el yugo de aquellos que te juzgan.
En breve seré madre y ese será el motivo para poner fin a mi anterior vida, la del mutismo frío, aterido por las miradas ajenas, y enseñaré a mi nueva vida lo que es el amor.
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