El marido dice que, a media noche, su mujer bajó las escaleras sonámbula y a oscuras; que, por el camino, se resbaló y cayó como un fardo; que él se despertó al instante, alarmado, porque el golpe hizo retumbar toda la casa; y que, al comprobar que ella no estaba a su lado mientras escuchaba el staccato de un cuerpo que descendía a trompicones por los escalones, se aterrorizó. Dice que la encontró desnucada sobre los últimos peldaños, con los ojos cerrados. Por su parte, los vecinos dicen que esa noche estaban ausentes, pero aseguran que aquel era un matrimonio muy mal avenido cuyas frecuentes y ruidosas disputas clamaban al cielo. Sin embargo, nunca llegaron a llamar a la policía.
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