lunes, 9 de diciembre de 2019

Nunca más

Cuando Ana se levantó, le dolía todo el cuerpo. No podía llamar otra vez al trabajo con excusas; si lo perdía, sería peor. Marco se había enfadado ayer, otra vez. Se vistió como pudo y con dificultad, logró llegar, tarde, al trabajo. Saludó avergonzada. Todos sabían lo que había ocurrido la noche anterior, no era la primera vez. El supervisor, al ver su estado, le llamó a su despacho.

- Tienes que hacer algo - Dijo seriamente.

- No puedo - respondió llorando desesperadamente.

- Yo sí - Replicó.

Cogió su abrigo y rodeándola con su brazo le animó a salir.

Al entrar en comisaría, Ana supo que aquél, era el primer día del resto de su vida.

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