lunes, 9 de diciembre de 2019

Un buen padre

— Calla, no grites, que la niña te va a oír —susurra la mujer—. Por favor, no me pegues —suplica al borde del llanto—, perdóname.

Suenan golpes con un llanto infantil de fondo. Después, el silencio, cómplice e infame.

Al día siguiente un poco de maquillaje y una sonrisa postiza, que se derrumba ante las miradas inquisitivas.

— Es culpa mía, le pongo nervioso. Pero es un buen padre.

Él entra en casa arrepentido, con un ramo de flores y una muñeca nueva. La niña corre a esconderse detrás de su madre. 

— No quiero esa muñeca —dice la niña—. Papá me da miedo.

Ella la abraza y por fin entiende que un maltratador nunca es un buen padre.

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