lunes, 9 de diciembre de 2019

Buscando el camino

Le vi marchar...

Dejó caer su cuerpo junto al arroyo, lleno de abrojos esperanzados.

La mano buscó el lugar donde apoyarse, encontró un vacío en el espacio que le rodeaba. Toda su humanidad fue a parar al abismo abierto por el paso del tiempo.

Las cloacas del conocimiento, le habían sumergido en un sueño del que quería despertar.

Por su mente, fueron deslizando recuerdos como en pasarela. No era capaz de discernir. Las vivencias se sucedieron hasta dar con la clave.

Tenía que correr. Solo había un puesto. Tenía que ser para ella.

Con los pies clavados en el lodo y la mirada exhausta, llegó hasta el lugar donde le esperaba el árbol de la vergüenza, implorando su abrazo.

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