Me tira del pelo, me insulta riendo, menosprecia mi trabajo, odia a mis amigas, inventa sobre amantes, me espía por la calle, revisa mi móvil, me obliga a tener sexo, controla mis ganancias, supervisa mi atuendo, me acompaña a la peluquería, al supermercado, al gimnasio, no me deja sola ni un instante excepto cuando estoy trabajando. Odia a mi jefe, a todos mis compañeros, odia la empresa. En ocasiones aleatorias me lo encuentro esperándome a la puerta. Entonces delante de todos me besa la mejilla y pregunta sonriente: ¿qué tal el día querida?
El día ha ido bien. He interpuesto una denuncia, pedido orden de alejamiento y el divorcio.
Hoy el día ha ido bien.
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