La mujer lavaba los platos. En un momento dado, vio pasar una sombra por el pasillo.
La mujer tembló de miedo. Habían pasado dos días desde que dejó a su marido. Fue al salón, y allí estaba su hija. La madre le preguntó si había ido al baño.
_No_ contestó la hija.
La madre se fue a la cocina. Por el rabillo del ojo izquierdo espiaba la puerta abierta que daba al pasillo. De repente, volvió la extraña sombra, y a ella se le escurrió un vaso, que se rompió en pedacitos.
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