Adiós violencia silenciosa
Me separé de la violencia silenciosa. Estaba pegada a mi cuerpo inerte. Llené de obligaciones el vacío que dejaban las puñaladas sin sangre. Ellos no veían la telaraña infinita que me anulaba. Estaba muerta.
Me prometí un último disfrute antes del adiós definitivo. Entré en una web de citas. El SeñorPasión contactó conmigo por mi sinceridad. Nos conocimos en un café, hubo atracción. Él me tranquilizó, pusimos nuestros límites y consensuamos nuestro encuentro. La proximidad de la cita elevaba la excitación. Yo me deje guiar por mi señor, y experimenté un placer desconocido. Ahora exploro un nuevo mundo, me siento feliz. Ya no quiero morir. Vivo con intensidad cada momento.
Mi sumisión es un rol en la alcoba. Gracias, soy libre.
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