jueves, 5 de diciembre de 2019

Ser feliz

Cristina cerró los ojos, y como todos los días, su madre le llenó la cara de besos y susurrando le deseó felices sueños, pero aquella noche, cuando la luz se apagó, ella dijo: "¿Mamá, tú eres feliz?" Claudia permaneció unos largos segundos en silencio y le respondió: "Sí, mi niña, claro que lo soy." Después, como todos los días, cerró la puerta y se fue al salón para ver la tele al lado de su marido. La niña abrió los ojos, y en medio de la oscuridad aparecieron muchas imágenes en las que papá golpeaba e insultaba a mamá. Aquella noche, Cristina, a punto de cumplir nueve años, decidió que no quería ser feliz.

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