Llegó.
Un día más había vuelto a hacer todo mal.
Otra vez mi trabajo no servía.
Me recordó que mi vida era un fiasco, y que yo era un fracaso.
Me gritó, me insulto, me vejó y me cosificó.
Más tarde se burló de mis más profundos traumas que bien conocía desde nuestro noviazgo, aprovechándose de mis miedos una vez más.
Para terminar abusó verbal y físicamente de mí hasta que se durmió.
Este es el caso de Laura y Juan, y si sabes quien escribió este testimonio de los dos sin yo indicar nada más, es que el maltrato de género es muy real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario