viernes, 24 de noviembre de 2017

La muesca

El adhesivo en las fisuras del jarrón es imperceptible, como la madera astillada del pestillo de la puerta del baño, como la sangre en la junta de la loseta de la cocina. También lo son los olores cuando se los lleva el aire, los gritos cuando no hay nadie escuchando o las lágrimas cuando se secan. Pero hay una muesca del tamaño de un anillo en la pared del pasillo, sobre un ennegrecido gotelé, que nadie mira nunca de frente.

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