viernes, 24 de noviembre de 2017

María

La espalda de María luce repleta de hematomas verdes y violáceos: tropezó al bajar las escaleras.

María esconde un ojo morado bajo sus gafas oscuras: se golpeó con una puerta.
Todo esto le ocurre a María porque es torpe.
María está en el bar de enfrente, donde nadie pregunta. Sentada junto al ventanal, bebe un café con leche y dos azucarillos, como a ella le gusta. Ruido de sirenas. En el cristal se reflejan las llamas que consumen la vivienda, en la que su marido sigue durmiendo: la casa se incendió por accidente, del mismo modo que, por accidente, la noche anterior cayó en la sopa el contenido de un bote de somníferos mientras preparaba la cena.

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