viernes, 24 de noviembre de 2017

Encadenados

Hombre, ¿qué observan esos ojos llenos de furia?

No parecen observar; están vacíos, aunque clavados en esa mujer frágil y malherida que yace sobre la cama.
Parece su mujer. Sin embargo, no es ella lo que miran.

De pronto, un llanto de bebé corta el silencio, como un eco del pasado tratando de sacarle de su ensimismamiento. En efecto, es el mismo lamento que resonó en su garganta cuando él era pequeño.

Sus ojos visualizan a su madre, tierna flor segada antes de tiempo. Siente furia hacia sí mismo.

No, esta vez no, las cadenas del pasado pueden ser cortadas.

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