viernes, 24 de noviembre de 2017

Dolor

Se acercó a mí y me invitó al cine. Estaba colada por él. Me preparé y a las ocho en punto llegó.
La película no estuvo mal, pero los meses siguientes nos hicimos inseparables. Todo era maravilloso… hasta nuestra primera discusión. 
No recuerdo el motivo,  pero las palabras y los gestos fueron hirientes… Yo sabía que el siguiente paso  sería un puñetazo. Recordé a mi madre y su gama de maquillajes para tapar los golpes, "son consecuencias del amor"… así le eximía siempre.
Pero Hugo de repente calló y unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas. "Perdona" me dijo. Yo no entendía nada, pero mi alma era feliz.
Mi madre estaba equivocada, la bofetada no era amor, es dolor.

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