domingo, 26 de noviembre de 2017

Ya no hay excusa que valga

Mira a su alrededor y le invaden los recuerdos. ¿Dónde está el chico con el que se casó hace diez años? ¿Aquel que hacía las delicias de grandes y pequeños? Marta tiene la sensación de que todo se ha echado a perder. No está en una prisión, pero lo parece. No tiene autonomía porque la inseguridad le pesa más que los golpes y los insultos. Pero hoy algo ha cambiado. Se ha dado cuenta de que ya no puede continuar así. De que no puede caer de nuevo en sus redes, en sus malas formas. De que no puede haber más perdón, porque cada vez es peor. El futuro es suyo, pues está viva y eso es lo que importa.

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