viernes, 24 de noviembre de 2017

Pesadillas

Son las 4 de la mañana y he vuelto a despertarme empapada en sudor. Ya han pasado 10 años, pero las pesadillas siguen siendo tan reales que aún puedo oír a mi padre gritando que nos mataría y ver el miedo en los ojos amoratados de mi madre. Fue demasiado tiempo viviendo el terror en casa, demasiado tiempo teniendo la incertidumbre de si ese día papá volvería enfadado del trabajo. Pensé que al conocer a Víctor todo sería más sencillo de olvidar. Es un chico maravilloso que ha estado a mi lado desde aquella fatídica tarde. Sé que a mamá le habría encantado saber que somos felices juntos. Aunque mi padre se encargó de que nunca pudiera conocerlo.

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