viernes, 24 de noviembre de 2017

Sonata y fuga


             La angustia es un jilguero que se desgañita por el cielo que le es negado. Un colorín preso en un puño de alambre.           
Su artero cazador le tendió la celada y confinó su ser para el vuelo en un presidio diminuto. Al poco, se olvidó, aburrido, de que existía; y luego se marchó a tender nuevas trampas a otras avecillas.
Sólo yo lo oigo, sólo yo lo cuido. Sólo yo lo amparo de la ira dañina de su cazador, cuando éste llega golpeándolo todo, sin respeto por nadie ni nada.
De mi mano, halló un día la libertad; al igual que yo la hallé, con el apoyo solidario de otras manos. Cuando llegue el cazador, entrará en una celda vacía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario