¨Hola, me llamo Javier y en 2016 fui a una discoteca.
Todo iba a bien hasta que un grupo de cinco mujeres, me cogieron y me llevaron fuera. Yo pensaba que íbamos a fumarnos unos porros, pero no.
Me violaron, lo grabaron, se rieron, y del shock en el que me encontraba me quede paralizado y no me resistí. Quería que la pesadilla terminase ya.
Hoy, estas mujeres, están siendo juzgadas , y tras todas las pruebas más que evidentes se me sigue cuestionando solo porque soy un hombre.¨
El relato puede causar hasta gracia porque no es real.
Ahora, cambia el nombre por el de tu hermana, tu amiga o tu prima. Ya no es tan absurdo. Es una realidad.
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