viernes, 24 de noviembre de 2017

La cometa

No me lo pierdo por nada del mundo, será un gran día. Mientras elijo un pantalón para el jersey rosa de punto fino, me recuerdo a mí misma ser puntual, es importante para ella y también para mí. Reflejada en el espejo, siento que empiezo a salir de la cueva del monstruo, tanto que hoy voy a pintarme los labios. Llego a tiempo, la función todavía no ha comenzado. De repente, lanzo una repentina sonrisa como quien lanza una cometa al viento. Entonces, siento una quemazón en mi espalda, es el monstruo, a las puertas del cole, de la vida. Este monstruo nunca verá volar esa cometa, nunca entenderá la vida, nunca será digno ni de mi ni de ella. 

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