jueves, 28 de noviembre de 2019

Valor

Podía oler su olor alcoholizado tan desagradable desde el rellano. Le esperaba ahí para implantarme y fingir un valor que no tenía. Con mi mayor sonrisa ficticia pronunciaba un "buenos días" cargado de falsedad, pues ya sabía yo que de buenos no iban a tener nada. Sería otra jornada de griterío y, si tenía algo de suerte, se conformaría con alguna bofetada en vez de una paliza. Hasta que todo cambió. Ya no debería fingir valor, ahora lo tenía. Ya no tenía que protegerme solo a mí, ahora éramos dos. Ella del tamaño de una lenteja creciendo en mi vientre, porque estoy segura de que sería mujer, y yo como una montaña, la más alta y poderosa en magnitud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario