lunes, 25 de noviembre de 2019

Avidez de felicidad

Al final he podido librarme de esa sensación tan ignominiosa que acarrean los malos tratos, aunque aún sufro pesadillas. He conseguido romper las cadenas que me mantenían ligada a un matrimonio agorero y entonces todo cambió. Gracias a Dios he logrado enderezar mi vida junto a un hombre que me respeta y me quiere por encima de todo. Pese al calvario de un pasado desdichado, a estas alturas mi corazón late de nuevo henchido de júbilo en una frenética avidez de felicidad.

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