El amor es un veneno con regusto a salmuera que tiende a oxidar todos los cerrojos - hasta reventarlos - .
A veces su ponzoña es pura, traslúcida, como una luna reflectada en el agua. A veces quema como La Antártida, como la maldita nieve.
A veces me quieres, joder. Otras veces, también sin la coma: Me quieres joder desde los dedos de los pies hasta el revés del alma.
Y yo, cubierta de escarcha, solo quiero irme lejos. Muy lejos. Hasta que nada duela tanto. Hasta que tanto duela nada.
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