lunes, 25 de noviembre de 2019

Romper las cadenas

Les enseñé a doblar los cuadraditos morados de papel para formar tulipanes, introducimos los palos a modo de tallo y recortamos las hojas de una enorme cartulina verde. Cuando llegó el momento de escribir en ellas las palabras en contra de la violencia de género, los observé: veinticinco adolescentes parándose a pensar cuál sería la mejor frase y lanzándose luego a decorar las flores con claros mensajes de condena. Sólo una niña fue incapaz de escribir nada. Una lágrima escapada se deslizó por su rostro. Apoyando mi mano en su hombro, recogí su flor y yo misma escribí en ella: «La mayor valentía es romper las cadenas, aunque también eso duela».

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