lunes, 25 de noviembre de 2019

Minutos eternos

La voz de la mujer era apenas un susurro. ¡Me va a matar! ¡Quiere tirar la puerta!

—No cuelgue siga hablándome, la policía está en camino—.Había activado el protocolo de emergencia.

Los minutos siguientes fueron eternos. La mujer contestaba entrecortada. Narraba la violencia de su exmarido, el miedo que sentía por sus hijos. Yo escuchaba insultos y golpes en la puerta. De repente silencio.

— ¡Señora! ¡Señora!

— Creo… que se ha marchado, se oyen las sirenas de la policía.

Le detuvieron en el portal. Cuando la situación estuvo controlada respiré aliviada, satisfecha por la buena coordinación pero temblando como una hoja. Había pasado miedo. Mucho. Y yo sólo soy una tele operadora de violencia de género.

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