lunes, 25 de noviembre de 2019

Un tercer piso sin ascensor 2º Premio 2019

Marina y su marido vivían en un tercer piso sin ascensor.


La vecina del segundo siempre dice que era un chico trabajador, educado y apuesto. 

El vecino de al lado, que en el bar de la esquina él siempre invitaba a una ronda.

La pareja de ancianos del cuarto, que eran la pareja perfecta, siempre sonriendo y felices.

La del primero no los conocía.

Marina ya no vive allí. Su marido tampoco.

Tras años de gritos en silencio, maquillaje en los golpes y vergüenza, ella descansa en paz.

Si hubieran escuchado en vez de oír, observado en vez de mirar, atendido en vez de disimular… Marina aún viviría en un tercer piso sin ascensor.

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