-¿Quieres que te pegue? - pregunto amenazante el niño
-No. - dije rápido y sentí que la amenaza del pánico había vuelto y con ella estallo en mi cuerpo la agitación.
- Vale, pero que sepas: ¡yo soy muy malo! - añadió, como que ser malo era algo muy importante y desde pequeño sabía lo que quería ser toda su vida.
-Bien. - respondí sabiendo que aunque él era malo en el mundo siempre había otro más malo que el. - Entonces yo seré la buena. - Decidí, porque alguien tenía que ser bueno y el papel de malo lo cogían todos antes que yo, porque era el más fácil.
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