jueves, 24 de noviembre de 2016

El ganador

María leyó todos los relatos a concurso. Uno era particularmente inquietante, parecía una fábula de Esopo o un cuento de los hermanos Grimm. Había partes que parecían sacadas del cuento de Caperucita Roja, pero con un final más sangriento. Se sintió identificada. Sabía qué realidad estaba narrando de forma alegórica. Estaba bien escrito y no fue difícil convencer al resto del jurado sobre la conveniencia de premiarlo. La asistencia a la entrega de galardones era obligatoria. María era la encargada de entregar el trofeo al ganador. Cuando lo tuvo cerca le susurró: ‘Sé quién eres. Te estaré observando. Como le toques un pelo a tu mujer, te denuncio’.

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