jueves, 24 de noviembre de 2016

Señales

Él alzó la vista y ella no pudo sostenerle la mirada, pero un fugaz gesto fue suficiente para comprender que tendría que tirar de la parte baja su falda haciéndola descender apenas dos centímetros. Es amor, pensó ella.

Semanas más tarde, con la cabeza apoyada sobre el hombro de él, pudo leer en su móvil un mensaje: ¿desea eliminar doce contactos de su lista? Un dedo diestro y áspero se ocupó de aceptar la pregunta. Él sonrió irónicamente.

- Así tendrás más espacio en tu agenda.

Es amor, siguió pensando ella.

Unos meses después, ella añoraría las palabras dulces, el tenis de los martes, el café con Ángela... No es amor, pensaría entonces.

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