jueves, 10 de noviembre de 2016

Levántate

Contra todo pronóstico, se levantó del suelo. Cojeando se dirigió hacia su habitación, cogió su bolso y, sin acordarse si quiera de su abrigo de piel, salió de la que hace años dejó de ser su casa. Dio un portazo y, tapándose el rostro para evitar preguntas sobre las heridas, comenzó a caminar rápido.
El aire acariciaba su tez como nunca antes lo hizo. Sentía estar cada vez más cerca del sol, tenía el alma ardiendo. Cruzó la calle, anduvo doce metros y entró en la comisaría del barrio. Nunca imaginó que estaba tan cerca.
Estuvo siempre a tan sólo doce metros del sol.

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